lunes, 1 de diciembre de 2014


Debajo de mi piso hay muchas piedras de diferentes tamaños y, un sábado que estaba aburrida, se me ocurrió coger algunas piedras y pintarlas. La piedra de Conil se la compró a mi padre una mujer, que trabaja en uno de los puestos que ponen en el paseo marítimo de Conil, y, a su vez,  ésta se la vendió a un hombre de Alemania. Y ahora me pregunto: ¿Dónde estará mi piedra?
Este fue un dibujo que regalé a un compañero de mi clase y él me pidió que el chico se pareciera a él; y, la verdad, se parecen bastante.

Aunque parezca una cara sin boca ni nariz, son dos ojos diferentes que hice gracias a un vídeo de Youtube para dibujar estos ojos tipo manga. Aunque no tenía el mismo tipo de lápices de colores me quedaron muy bien.